Dejemos las latas de conserva para momentos de necesidad y comencemos a usar verduras frescas de estación, que son mucho más ricas y sanas. Puede parecer muy simple, un consejo que aporta muy poco, pero hablando con algunos verduleros me comentan que no venden arvejas en sus vainas porque la gente no las compra porque es mucho trabajo; y varias veces en casa, cuando se dice que se necesita alguna verdura, van al supermercado (a la parte de enlatados). Una buen recurso para ensaladas frescas totalmente distintas.
Es muy importante aprovechar cuando las veamos en verdulerías o mercados: remolachas, chauchas, acelgas, habas, choclos o arvejas. la gran ventaja, además de que son más sanas es que suele tratarse de verduras de estación (hay algunas que sólo se comercializan cuando están en época y otras que esto puede conocerse por la calidad del producto) que además de ser mucho más barata tienen un aporte de vitaminas, nutrientes, etc. que coincide con las necesidades de cada momento del año.
La gran resistencia que enfrenta el consumo de productos frescos es la practicidad y comodidad de los enlatados. Sin embargo, el trabajo que se requiere no es tan importante como suele pensarse, sobre todo si se logra un momento para planificar la semana (por ejemplo, suelo ir a comprar mucha verdura lso sábados a una feria y durante el fin de semana -no todo el tiempo- la preparo para cocinar en la semana, tener guardada en al heladera o freezar).Además, este esfuerzo está completamente justificado por la calidad final del producto.
Veamos el ejemplo de un producto que supuestamente es muy "molesto", las arvejas. Los invito a hacer este experimento, compren un kilo de arvejas, vean cuanto tiempo les lleva pelarlas y blanquearlas (se tiran dos, tres minutos en agua hirviendo con sal), pero antera de evaluar si se justifica o no ese trabajo, úsenlas para una salsa, un guiso, una sopa o un colchón. Incluso hagan probar al resto de la familia y, una vez que vean la diferencia, se puede realizar como en tantas casas que se ponen las vainas en el centro de la mesa y todos pelan.
Prueven y opinen!
Abrazo
La gran resistencia que enfrenta el consumo de productos frescos es la practicidad y comodidad de los enlatados. Sin embargo, el trabajo que se requiere no es tan importante como suele pensarse, sobre todo si se logra un momento para planificar la semana (por ejemplo, suelo ir a comprar mucha verdura lso sábados a una feria y durante el fin de semana -no todo el tiempo- la preparo para cocinar en la semana, tener guardada en al heladera o freezar).Además, este esfuerzo está completamente justificado por la calidad final del producto.
Veamos el ejemplo de un producto que supuestamente es muy "molesto", las arvejas. Los invito a hacer este experimento, compren un kilo de arvejas, vean cuanto tiempo les lleva pelarlas y blanquearlas (se tiran dos, tres minutos en agua hirviendo con sal), pero antera de evaluar si se justifica o no ese trabajo, úsenlas para una salsa, un guiso, una sopa o un colchón. Incluso hagan probar al resto de la familia y, una vez que vean la diferencia, se puede realizar como en tantas casas que se ponen las vainas en el centro de la mesa y todos pelan.
Prueven y opinen!
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