Pechuga rellena |
Hola, hoy les traigo una receta sabrosa y sencilla, pero que sobre todo debe verse como un interesante recurso para empezar a practicar y experimentar, pues, si bien en este caso les muestro dos rellenos que me encantan (acelga salteada con verduras y queso y cebolla), estas pechugas se pueden hacer con lo que nos guste. Hay que resaltar la facilidad de este plato (sólo podemos enfrentar inconveniente a la hora de realizar el “bolsillo” o sacarlo en un momento en que esté bien cocido pero no seco) y cómo convertimos un comida bien básica, un bife de pollo, en otro mucho más rico y abundante.
Por mucho tiempo una pechuga me representaba un plato seco y escaso, ahora como suelo adobarlo antes, cocinarlo con hiervas y sacarlo antes, realmente disfruto de un pollo jugoso y sabroso, pero antes no y por eso empecé a probar esta receta, primero abriendo al medio la pieza y luego animándome a realizar el hueco.
Este es precisamente el primer paso de la receta: hacer el agujero. Debemos conseguir un cuchillo bien filoso y atravesar el pollo hasta cerca de la mitad del mismo y avanzar hacia un costado, cuando vemos que llegamos al borde empezamos a girar el cuchillo en diagonal, siguiendo el dibujo de la silueta de la pechuga. Luego debemos sacar el cuchillo, girarlo, y hacer lo mismo desde el centro hacia el otro lado.
Lo importante es que el lugar donde entramos sea pequeño y el lugar a llenar grande, así no se escapa nada y podemos poner el relleno en una superficie mayor, así es más fácil que se cocine la carne del centro. La mejor y más precisa herramienta que encontré para esto es el dedo índice, que una vez que pasamos el cuchillo nos permite ir abriendo los tejidos con una sensibilidad y seguridad únicas.
En cuanto al relleno, aproveché que el día anterior había hecho diferentes tartas individuales. Por un lado, acelga (de igual manera que con una pascualina) y por el otro cebolla ( se corta en tiras y se pone a ablandar con un chorrito muy chico de aceite, pimienta y orégano, que se mezcla muy bien con las manos húmedas, lo que el agrega agua) y un queso que se derrita. Pero insisto, podemos usar lo que más nos guste o lo que tengamos a mano.
Rellenamos y cerramos con palillos. Si llegamos a romper la carne en la base o algún otro lado, también podemos arreglarlo uniendo con otro escarbadiente.
Ahora sigue un paso opcional. A mí me encanta saborizar el pollo con hierbas, ajo y salsa de soja. Como gusten. Yo lo preparo a media mañana, lo mando asía la heladera y lo cocino para el almuerzo.
No queda más que invitarlos a que se animen a probar; en todo caso empiecen con un relleno muy simple, por ejemplo jamón y queso, y una vez que vean lo bien que queda lo hagan con lo que más le guste.
Los platos finales:
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