jueves, 14 de abril de 2011

Pechugas rellenas


Pechuga rellena
Hola, hoy les traigo una receta sabrosa y sencilla, pero que sobre todo debe verse como un interesante recurso para empezar a practicar y experimentar, pues, si bien en este caso les muestro dos rellenos que me encantan (acelga salteada con verduras y  queso y cebolla), estas pechugas se pueden hacer con lo que nos guste.  Hay que resaltar la facilidad de este plato (sólo podemos enfrentar inconveniente a la hora de realizar el “bolsillo” o sacarlo en un momento en que esté bien cocido pero no seco) y cómo convertimos un comida bien básica, un bife de pollo, en otro mucho más rico y abundante.
Por mucho tiempo una pechuga me representaba un plato seco y escaso, ahora como suelo adobarlo antes, cocinarlo con hiervas y sacarlo antes, realmente disfruto de un pollo jugoso y sabroso, pero antes no y por eso empecé a probar esta receta, primero abriendo al medio la pieza y luego animándome a realizar el hueco.
Este es precisamente el primer paso de la receta: hacer el agujero. Debemos conseguir un cuchillo bien filoso y atravesar el pollo hasta cerca de la mitad del mismo y avanzar hacia un costado, cuando vemos que llegamos al borde empezamos a girar el cuchillo en diagonal, siguiendo el dibujo de la silueta de la pechuga. Luego debemos sacar el cuchillo, girarlo, y hacer lo mismo desde el centro hacia el otro lado.
Lo importante es que el lugar donde entramos sea pequeño y el lugar a llenar grande, así no se escapa nada y podemos poner el relleno en una superficie mayor, así es más fácil que se cocine la carne del centro. La mejor y más precisa herramienta que encontré para esto es el dedo índice, que una vez que pasamos el cuchillo nos permite ir abriendo los tejidos con una sensibilidad y seguridad únicas.
En cuanto al relleno, aproveché que el día anterior había hecho diferentes tartas individuales.  Por un lado, acelga (de igual manera que con una pascualina) y por el otro cebolla ( se corta en tiras y se pone a ablandar con un chorrito muy chico de aceite, pimienta y orégano, que se mezcla muy bien con las manos húmedas, lo que el agrega agua) y un queso que se derrita. Pero insisto, podemos usar lo que más nos guste o lo que tengamos a mano.
Rellenamos y cerramos con palillos. Si llegamos a romper la carne en la base o algún otro lado, también podemos arreglarlo uniendo con otro escarbadiente.
Ahora sigue un paso opcional. A mí me encanta saborizar el pollo con hierbas, ajo y salsa de soja. Como gusten. Yo lo preparo a media mañana, lo mando asía  la heladera y lo cocino para el almuerzo.
Otra opción que les recomiendo es que utilicen el relleno para poner por encima de otras piezas de pollo, como por ejemplo eso que llaman falsa pechuga, que en este caso conviene cortar para que el resto pueda cocinarse parejo.
De igual manera que un bife de pollo, la plancha se calienta a fuego máximo y luego se baja a intermedio. Uno puede pensar que puede quedar crudo en el centro, pero esto no pasa si la altura no es demasiado alta (debemos medirnos con el relleno). Se cocina de ambos lados; podemos empezar a agregar jugo de limón una vez que lo damos vuelta.
Una última opción, cocinar en la misma plancha un huevo, de esta manera tenemos un plato abundante, con acompañamiento con el mínimo de trabajo. Les dejo una foto para que vean los tamaños.
No queda más que invitarlos a que se animen a probar; en todo caso empiecen con un relleno muy simple, por ejemplo jamón y queso, y una vez que vean lo bien que queda  lo hagan con lo que más le guste.

Los platos finales:

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