Hacer yogurt en casa es una de esas prácticas de antes que se fueron abandonando frente al avance de los productos preelaborados que ofrecen los supermercatos y la comodidad que traen consigo. Debemos recuperar esta costumbre que nos permite preparar nosotros mismos una comida mucho más económica, y, sobre todo, sin conservantes ni sabores artificiales. Ideal para licuar con fruta.
El procedimiento es realmente sencillo: debemos entibiar un litro de leche (calentar hasta que podemos soportar la temperatura al tocarla) y agregar una buena cucharada de yogurt natural. Yo además hace un tiempo que le agrego una cucharada disuelta de almidón de maíz (maicena) para que quede más espeso, no sé si realmente lo logra, pero por las dudas suelo hacerlo.
Pero el principal secreto para que no termine siendo tan líquido es lograr que mantenga la temperatura durante todo el tiempo, por lo que debemos cubrirlo con algunos repasadores y ponerlo en un lugar resguardado, mi abuela tenía un trapo muy grueso que usaba sólo para esto.
Para que se haga bien, debemos dejarlo reposar durante algunas horas, generalmente en casa se hacía a la noche y estaba listo para el otro día, me parece que esa es la mejor manera. Luego ya podemos guardarlo en la heladera.
Por último, hay que saborizarlo. Podemos simplemente agregar un poco de azúcar y esencia de vainilla, pero lo interesante es procesarlo con diferentes frutas. Se puede hacer un mix con lo que tengamos; usar sólo durazno que queda muy bien, por supuesto frutilla si conseguimos; el otro día le probé a una amiga de un potecito uno de manzana y pera que pensaba que era un invento raro y la verdad que era muy rico, así que lo hice en casa y me encantó.
En fin, existen un montón de posibilidades de darle sabor a partir de frutas. De esta manera podemos tener un muy rico y sano yogurt para tener guardado en la heladera unos exquisitos licuados.
Es importante guardar una cucharada para volver a preparar un nuevo yogurt y ya no depender del de los supermercados.
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