A mí me gusta cocinar con lo que tengo, por lo que las cantidades suelen acomodarse a lo que encuentro en la heladera; pero recordé que cuando empecé a cocinar me generaba cierta impotencia ver que muchos daban recetas sin indicar cantidades y otros informaciones que para mí en aquel momento eran claves. Es por esto que tengo la intención de comenzar a dar esos datos (o una aproximación). Esta receta combina ambas ideas pues es ideal para hacer con lo que encontremos en las verduras que encontremos en la cocina, pero que perfectamente puede darse de manera “estricta”.
Ingredientes (cantidades orientativas):
· 2 zanahorias grandes
· 2 cebollas de verdeo
· 2 ramas de apio
· 1 diente de ajo
· 2 cebollas
· 1 morrón
· huevos 3 o 4
· sal
· 1 lata de crema de choclo (opcional)
· Semillas (opcional)
Preparación:
Como con la mayoría de las recetas, conviene primero tener todos los ingredientes preparados para luego cocinar. En este caso, hay varias pasos que podemos adelantar con la verdura: picar el ají, las cebollas, el ajo, el tallo del apio, la parte blanca del puerro o cebolla de verdeo y las cebollas; rallar las dos zanahorias y picar bien pequeño las hojas del apio y del verdeo.
Comenzando rehogando la cebolla junto con el apio y el morrón, en cuanto empieza a ablandarse, agregamos la cebolla de verdeo. Lo sacamos una vez que está blando, al punto que queramos, un tiempito antes sumamos el ajo para que no se queme.
Una opción que tenemos incorporar alguna semilla que nos guste, las cuales sabemos que son muy sanas, debemos subir el fuego, revolver unos segundos y apagar. Esa misma temperatura las ablandará y combinará los sabores.
Una vez frío, llevar eso a un bol junto con el resto de las verduras crudas y agregar sal (podemos incorporar queso rallado, en ese caso no sería necesario), pimienta, pimentón y, si gustamos, alguna hierva. Mejora mucho el gusto y la textura una lata de choclo en crema.
Sólo falta incorporar los huevos, mezclar todo y cocinar. Para esto precalentamos una sartén, con un chorrito de aceite, tiramos toda la mezcla, dejamos uno segundos que forme una capa y bajamos al mínimo, una vez que está cocido, la damos vuelta con ayuda de una tapa o un plato (ayuda volver a calentar el metal y volver a sumar aceite). Recordemos que la mejor manera de que no se pegue es mover el sartén desde el mango.
Como ven, una receta muy simple y sana, pero sobre todo perfectamente adaptable a lo que encontremos en casa. Al principio le esquivaba a la receta por miedo a que la zanahoria cruda quedara dura, pero un día la probé y a partir de ahí con tres huevos, zanahoria y alguna otra verdura más, algo que siempre hay en casa, sale un almuerzo.
Cualquier comentario, bienvenido!
No hay comentarios:
Publicar un comentario