Debo ser sincero, esta receta nace como un primer intento fallido por hacer barras de cereal caceras; pero que resultó en un excelente budín, muy húmedo, rico y en definitiva muy sano y natural al que sólo le faltaba acomodar un poco las cantidades. Entonces abandoné la búsqueda por las barras y aposté por la realización de un este plato, sano, nutritivo, energético e ideal para acompañar el mate. He aquí el resultado:
Ingredientes:
-1 taza de maíz inflado
-1 taza de avena arroyada (Quaker)
-1 taza de copos de maiz (corn flakes) rotos con las manos
-1/3 taza de semillas (la proporción es con un grupo variada, serán más si son sólo de tamaño grande, como girasol)
-Ralladura y jugo de una naranja.
-Cucharada (sustanciosa) de miel
-Un huevo
-1 cdita de Esencia de vainilla
-1 cdita de polvo para hornear (Royal)
-(opcional) Una fruta cortada en cubos pequeños (lo lindo es “encontrarlos” puede ser: manzana, durazno, frutilla (en este caso tres o cuatro), peras no my maduras, etc.)
-(opcional) azúcar (con la miel, al esencia y la fruta yo prescindo de agregar azúcar, peor si uno gusta puede hacerlo más dulce.)
-(opcional) c/n de azúcar impalpable (para decorar y remarcar el sabor9
-(opcional) cuatro o cinco nueces picadas groseramente (como para “encontrar” algo distinto mientas comemos).
Preparación:
Realmente es una receta muy fácil de realizar pues prácticamente sólo debemos mezclar los ingredientes y llevarlos al horno.
Comenzamos poniendo en un bol los cereales con las semillas, la miel, el huevo, la ralladura y el polvo para hornear.
Después incorporamos la fruta para que no se oxide, antes previamente la secaba en u horno a muy baja temperatura durante largo tiempo, pero ahora no lo hago, primero porque es más trabajo, pero además porque le agrega humedad. Simplemente la pelamos y la cortamos en cubos del tamaño que nos guste.
Sumamos el jugo de naranja y mezclamos todo. Incluso se puede amasar un poco con la mano para que se quede más unido y compacto. al final, incorporamos la esencia de vainilla y apenas mesclamos con una cuchara.
Cubrimos una budinera con rocío vegetal, agregamos y emparejamos la mezcla y llevamos a un horno bajo para que se haga despacito. Una referencia podrían ser los 160º, aunque siempre es mejor que el medidor el conocimiento que tiene cada uno de su propia cocina.
En cuanto está dorado, lo podemos sacar. De todas maneras el huevo es lo único que debe “cocinares”.
Lo desmontamos y, si queremos como un detalle, para decorar, o para remarcar los sabores podemos espolvorear con azúcar impalpable.
les quedará un plato my rico: la miel la vuelve súper húmedo, tiene todo el gusto y los beneficios de los cereales, la fruta queda como asada con el agregado del sabor de los otros ingredientes, quedas satisfecho con una pequeña porción y, como ves por los ingredientes que usamos, es realmente muy sano.
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